Personas, historias que se entrelazan en una red neural que
conforma nuestra existencia, desconociendo en qué punto de la misma nos
encontramos, donde cada instante puede ser un nuevo principio.
Me llaman Aaron, pero eso no es más que un nombre, soy un
soñador que dibuja a través de sus sueños un mundo que ansía que sea mejor. Es
mi forma de entender este mundo, mi pequeño gran universo. Cada cosa que hecho
en esta vida la he realizado desde el fondo de mi alma, con todo mi ser, con
pasión, con obsesión por el detalle, en definitiva con Amor.
Pero no voy a hablar de mi, ya que no soy más que un ser
viviente que vive cada día intentando descubrir qué es todo aquello que le
rodea, no soy más que el recolector de aquello que cada día nos depara. Voy a
hablar de aquello con lo que he iniciado mi alegato: las personas que aparecen
en mi vida con las que entrelazamos nuestra alma.
Todos y cada uno de vosotros sois especiales, sois seres de
pasión, amor, de ilusión, con las mismas incógnitas por resolver que yo. Todos
y cada uno de vosotros aportais a mi universo un poco de sentido a mi
existencia, sólo os puedo agradecer formar parte de ella y aportar vuestra
alegría, ira, miedo, defectos y virtudes, seguid siendo así, yo seguiré ahí,
para siempre, porque la amistad es aquel contrato que traspasa los límites que
tanto el tiempo y el espacio nos puede interponer. Ya se puede estar en
contacto diario o separados por océanos, que la red neural ya es imposible de
separar.
Todos y cada uno de nosotros tenemos el poder convertir cada
momento en especial. Desconozco cómo amanecerá mañana o siquiera si va existir
un mañana por lo que deseo daros las gracias por estar ahí de abrirme la puerta
de vuestra alma, habeis dejado entrar un humilde soñador.
Cuando vuestros sueños se apaguen recordad quién soy y que
estoy a vuestro lado, estéis donde estéis.
Dedicado a vosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario